Eran las 11:55 p.m.
todos estaban celebrando en el comedor
mientras yo estaba arrumbada en un sillón
con mis ojos húmedos
y mejillas calientes,
quería encerrarme en el baño para llorar,
pero solo pude respirar profundo esperando que la calma llegara.
Puse una almohada en mi pecho,
tratando de que un abrazo pudiera salvarme de ese sentimiento.
He olvidado las veces que he querido llorar enfrente de todos,
mis puños se vuelven más fuertes cuando yo me siento débil.
Estoy harta de tener que invitar a alguien a ciertas reuniones solo para no sentirme sola,
no es que los utilice, es bueno estar con alguien que quieres y te quiere,
querida, nunca me permitieron sentir así allí.
Estoy molesta conmigo misma
porque no he cumplido con la promesa de no estar en donde no puedo ser,
llevo toda mi vida aquí y no quiero estar así.
Siempre tomo el lugar más lejano,
agarro mi celular,
pero tampoco tengo con quien hablar.
Bebo solo para tratar de ahogarme,
pero nunca funciona, de todas formas no me siento a salvo.
Algo no funciona en mí,
creo que estoy rota,
tiraste tanto la cuerda que había en mí
que solo me enredaste.
Todo lo que doy son miradas vacías y sonrisas a medias,
hay fotografías que lo demuestran
y no entiendo por que nadie se ha dado cuenta.
Cuando nos despedimos acelero mis pasos porque realmente ya no quiero estar ahí,
desenredo mis audífonos ante una noche silenciosa,
por fin algo bueno, por lo menos puedo recuperar una parte de mí.
Cuando estoy con alguien no puedes creer el sonido de mi risa o que mi sonrisa aparezca constantemente,
tampoco crees en el brillo de mis ojos,
porque según tú, yo no soy así,
solo es que con los demás puedo ser,
no me siento invalidada, aunque el sentimiento de ser insuficiente nunca se va.
Esto me está consumiendo,
¿puedo prender un cigarro
para iluminar la noche
antes de que su oscuridad se apropie de mí?
Sé que he arruinado tantas reuniones,
pero siempre dije que yo no quería ir.
Desaparezco por meses
y todos se dan cuenta,
pero cuando estoy ahí sin estar (ser)
a nadie parece importarle.
Aquella última noche de abril salí con el pretexto de llevar a Neymar a pasear,
el camino fue más largo, no quería llegar a casa,
estuve todo ese tiempo en el parque de siempre,
me senté en la banca, Neymar quería correr,
pero entendió lo que pasaba y se quedó tranquilo,
había pasado mis últimos cumpleaños jugando ahí con mis amigos,
pero esa noche todo se sentía tan diferente, me sentía perdida y había ganado un año.
Pensé en hablarle a alguien para que me acompañara,
y sabía que era un desastre, ya que él y yo no nos teníamos confianza,
pero él siempre sabía cuando algo (me) pasaba y aunque no sabía que hacer, estaba ahí para mí, pero esa noche no quería molestarlo,
de todas maneras, jamás olvidare aquella noche de noviembre cuando me apoyó como nadie,
pero era momento de afrontar la situación
y cuando llegué a casa con pasos lentos, todos se dieron cuenta de que algo andaba mal.
No he permitido que me hagan (nuevas) heridas,
pero tampoco he sanado del todo.
Estoy mejor hoy,
ya no soy moldeable como siempre quisiste,
pero aún me suelo romper por cosas del ayer
cuando tú eras quien quería decidir mi historia
y fui la extra del extra.
11:55 p.m.
¿por qué no me encerré en el baño?
En poesías anteriores me he expresado sobre esta situación, así que sé que sabrán juntar las piezas (poesías) y sabrán a qué parte rota de mi ser me refiero en esto. Las poesías del 2012-2014(?) han desaparecido, pero muchas hacían referencia a este sentimiento, escribir siempre me permitió darme cuenta de lo dañada que estaba y a no tener miedo de exponer mis heridas, mientras dejaba que las hojas fueran los curitas. Estamos en cuarentena, así que no me culpen si tengo alguna crisis emocional o existencial, tengo mas tiempo para pensar aunque mis sentimientos se han ido vaciando en estos años.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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Como quisiera ver sanar esas heridas que te hemos hecho con el tiempo, pero no era consciente de lo que estaba pasando.
Esa fragilidad tuya que se rompió, rompió también con tu confianza, tu seguridad, pero estoy segura, que esto tendrá que pasar y dejar libre a tu corazón y a tus sentimientos.
Te has hecho fuerte a base de pruebas difíciles y eso no te correspondía. Quisiera que todo fuera fácil de borrar, y volverte a ver plena, segura y con mucho amor que dar. Perdón por la parte que a mí me toca.