Cierro los ojos
y nada,
no estoy soñando
ni estoy durmiendo.
Cierro los ojos
y visualizo el sueño
que no estoy soñando.
Veo un sueño
y me niega el acceso,
busco maneras de entrar
y solo logran escapar las horas
de esta madrugada
sin poder dormir,
ya casi es de mañana,
hoy déjame en paz.
Pienso
y ya no sé lo qué pienso.
Me hago bolita
y soy un enredo.
Escucho el silencio,
me escucho
escuchando el silencio.
¿A dónde va la voz de la noche?
el sonido de los sueños está ausente.
¿Quién va a soñar mis sueños
si yo sigo despierta?
¿Estoy en el sueño de alguien
que no me quiere mirar
así que me niega el acceso
de mis propios sueños?
Los hilos de esta noche
no están tejiendo una red
para caer.
Cuento las horas
aunque no esté pasando nada en ellas.
Le doy vueltas a la cama,
volteo las almohadas y nada,
no encuentro mi lado,
solo un maldito vacío.
Hablo conmigo misma
y no me doy una respuesta,
tengo la última palabra,
la utilizaré cuando crea que es buen momento,
ahorita solo quiero dormir
aunque no tenga sueño,
este cansancio ha convertido en una pesadilla
a esta trágica madrugada,
me quedo en mi cama tapándome con las sábanas
que seguramente ahuyentarían a todos los fantasmas,
excepto con los que tengo que luchar,
por cierto, ¿a dónde ha ido mi alma?
¡Qué noche tan profunda,
cómo me ha hecho pensar!
ojalá hubieran sido sueños
para poder creer un poco en ellos.
Ha sonado la alarma
y doy el primer bostezo de la madrugada
cuando ya es de mañana,
debo de levantarme ya,
justo cuando estaba a punto de caerme dormida.
Son las 6:20 a.m.,
pospondré la alarma por 15 minutos,
cerraré los ojos
para abrir el telón.
No he dormido nada,
no estoy preparada para salir al mundo así,
lo hago con la esperanza de dormirme más tarde
creyendo que tal vez podré recuperarme
si no ocurriera cada maldita noche.
1 Comment