Recuerdo cuando llegué aquí por primera vez,
te vi, y de alguna manera, supe que todo estaría bien,
incluso en los tiempos oscuros y peligrosos,
tu presencia trae luz.
Aquella noche en el balcón llegamos a una conclusión,
solo hay algo que es realmente importante,
todos morimos,
la pregunta es ¿qué defendimos mientras vivíamos?
hoy entendí que existen algunos amores
que no merecen que luchemos por ellos,
perdón por no entregarte la paz que merecías,
nuestras mariposas volaban
en un jardín lleno de espinas.
El peso de la corona debilita al corazón,
entonces el amor se vuelve irrelevante,
pero el verdadero amor nunca se desvanece, no realmente.
Cuando ellos dijeron que no debíamos amarnos ni siquiera en secreto,
nuestros latidos ya se habían adelantando al entregar su amor,
¿cómo es que soportaste tanto dolor?
no había nada a nuestro favor,
arriesgaste todo hasta perder quien solías ser
¿fue por la sangre de tus manos
o por tu corazón roto?
A tu lado puede ser libre y salvaje,
me permitías ser quien realmente era,
la realeza jamás me hizo real,
contigo no había ningún título, solo mi nombre,
hicimos un desastre,
pero dijiste que los bastardos están acostumbrados a vivir así
y valía la pena ser feliz aun si fuese por un instante.
Conocías cada rincón del bosque,
hacías que todo se sintiera tan seguro,
incluso cuando nos buscaron como si fuéramos criminales,
caer era la única forma de salvarnos,
escapar no nos llevó a ningún lado
y regresar solo fue estar atados a nuestra distancia,
lamento todo lo que te hice perder y no supe dar.
Mentí cuando te dije que mis sentimientos por ti habían desaparecido,
un amor así no desaparece, no del todo, siempre queda una brasa,
aún estoy ardiendo en ellas
por un amor que tenía la urna antes de saber que nos haría cenizas.
Las brasas se queman en tu corazón y nunca se enfrían,
no del todo,
lo sé, porque confía en mí,
he intentado apagar las mías, pero he terminado,
esas brasas me mantienen caliente.
Ellos te lo advirtieron
“no sangres por una chica que jamás será tuya”
me terminarás odiando por todo el daño que causé,
mi corazón sí estaba abierto, solo que había alguien más adentro,
y ninguno de nosotros es responsable de nuestros corazones,
solo de nuestras acciones.
Mi vida es otra vez la suma de mis decisiones,
no de los crímenes de otro,
y parece que nunca aprendo,
he cometido error tras error
y tal vez nunca tenga tu perdón.
Tu corazón era más de lo que merecía,
lo lamento,
mi amor estaba entrelazado al alma de alguien más.
Cuando te dije “te quiero”
solo pudiste decir “di el resto”,
tú lo sabías,
un corazón dividido
solo rompe al otro.
Apoyarme en ti me hizo fuerte,
pero cuando bailaste conmigo durante mi tormenta solo te enfermé.
Me enamoré de tu espíritu
y terminé matándolo.
Perdón por hacer que todas esas cruces solo significaran muerte
en vez de ser la marca de los tesoros encontrados.
Te quedaste conmigo hasta el final
y cuando perdí a todos los que amaba,
me abrazaste y susurraste “no estás sola”,
fuiste mi amigo más leal,
perdón por no haberte podido amar como los amantes lo hacen.
Las partes en cursiva son frases/diálogos de Reign, que alguna vez dijeron Mary y Bash, poema inspirado completamente en ellos. Ya he escrito algunos poemas inspirados en Reign o Mary, pero en este tomé el papel de ella para inspirarme y entregar mis letras a él.
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