La razón por la cual me gusta el café frío
es porque ya sabía que nuestro café se enfriaría,
ya estaba preparada para tu partida
desde antes de tu llegada.
Yo ya sabía que no tenía que desperdiciar de mi aire
soplando el café caliente para poder beberlo,
yo ya sabía que desgastaría mis pulmones tratando de respirarte
y luego suspiraría con cierta pena que no halla las palabras para ser expresada.
Me gusta el café frío
solo porque no quiero quemar mi lengua,
ya está bastante dañada
tratando de frenar mis palabras
para que tú no salgas disparado en esta historia.
No podemos culpar al café de lo que se enfrió,
sigo sintiendo las astillas de la taza rota,
¿dónde están tus labios para esconder esta sonrisa?,
¿desde allá puedes ver esta herida?
Toda mi paciencia se ha ocupado de esperarte,
no tengo tiempo para esperar a beber mi café caliente.
No soportaría ver las formas del humo del café,
empañarían a mis ojos antes que a mis lentes.
Sostengo a esta taza como si fuera mi corazón,
al menos puedo llenar la taza
y engañar a mi corazón sediento,
doy un sorbo cada vez que un latido mío
pregunta por ti,
no hay nada que decir
y si me mantengo despierta
es solamente para no soñarte,
estoy bastante cansada
y se han ido mis fuerzas para cambiar esta desolada realidad.
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