Ayer dije que no quería nada
y hoy todo cambió,
¿qué importa ahora?
La nada llegó cuando dejé de esperarla,
de creer en ella y de desearla,
yo ya estaba en busca de algo más
que pudiera encender mi vida,
pero la nada todo lo apagó
para que solo quedáramos ella y yo.
La nada llegó tarde
y dijo que (por) siempre se quedaría
para compensar todo el tiempo perdido
y solo me hará perder más.
Ayer dije que no quería nada
y hoy todo cambió,
me he quedado con la nada,
me absorbe y me diluye,
me bebe y luego me escupe,
me toma y me suelta,
se convierte en mi dueña
y luego me vuelve presa.
Ayer dije que me rendía
y hoy debo cumplir mi propia condena,
esta nada me absorbe
y me diluye convirtiéndome en nada,
yo ya no quiero esto,
pero nada de nada es otra nada.
Créditos de la ilustración a: Agnes Cecile (@agnes_cecile)
Me gusta como juegas con las palabras y haces una buena composición de esta, con tu toque, que lo hace especial.