No hay con quien preferiría compartir mis tropiezos,
aquello que evito, aquello que me hace caer,
pero sé que estoy en tierra segura,
tal vez mi sangre sea el agua que mis flores necesitan.
No hay con quien preferiría crecer,
incluso si eso nos hace temer,
pero sé que si tiemblo
estarás ahí para sostenerme.
Eres el apodo que me puso mamá en mi infancia,
quédate un poco más,
el siempre tal vez no nos sepa alcanzar,
pero nunca se irá lo que supimos atrapar,
aun si decidimos alejarnos,
solo sé que el error sería tan grande
como para hacernos sentir pequeñas.
Quémame si mis cenizas
te quedarán marcadas,
no necesitamos promesas
por lo incierto de la vida,
jamás resolveré tus dudas,
pero podemos afrontar la vida.
No hay a quien preferiría llamar amor de mi vida,
no hay ser que nos haya visto tanto crecer
y cada latido ha sido una ala herida,
pero cuando se sincronizaron pudieron volar alto,
no le tememos al caer, hemos estado destrozadas antes,
pero ojalá caiga en aquel trampolín donde nos podemos quedar tanto tiempo
hasta que hablamos del infinito.
La huella que dejamos
en el ser que desnudamos.
El punto del mapa,
las heridas que otros dejaron,
hemos construido un hogar.
El camino donde nos reencontramos,
los pasos que nos acercaron,
todo lo que hemos dejado
y hemos dado,
siempre tuvo que haber sido así
y todos nuestros finales
nos permitieron empezar.
Un corazón destrozado,
miles de estrellas que vimos brillar.
Oscuridad envuelta
dandole vueltas al sol,
la luz de tu oscuridad.
La sangre de tus heridas y mi tinta,
haremos una mejor historia.
Los fantasmas que soltamos
por la otra alma que nos sostiene.
Hemos hecho un lugar seguro para sangrar y no infectarnos,
para mostrar nuestras heridas sin desear estar en otra piel.
El tiempo que dejemos pasar,
la vida nos supo perdonar
y dio otra oportunidad.
El año que fue un parpadeo,
no sabíamos que empezaríamos a soñar por los próximos tres,
apagaremos la alarma para dormir más.
Lo que dejé en ti
fue para construirnos.
Lo que dejes en mí
aunque lo destruyamos todo
se mantendrá intacto,
brillando más intenso que el sol,
quemándonos por dentro.
Me abriste tu corazón y me aceptaste,
que fortuna que me sientas y quieras.
Eres el amor de mi vida,
un latido acertado
aun cuando no tenemos idea cuando empezamos a querernos tanto.
Gracias por estos últimos tres años
y toda la vida de todo este tiempo.
Los que me (o nos) conocen ya saben a quien me refiero aunque no es ningún secreto, igual dejé pistas tratando de remarcar la huella. Me envió un mensaje el día de gracias expresándose por la gratitud que siente por tenerme en su vida, lo cual respondí y con ciertas partes escribí esta poesía.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
Puedes encontrarme en:
Facebook: /anammirandam
IG: /anmirmartz
Telegram: anmirmartz
Kommentare