Nuestras colinas
se convirtieron en un abismo,
el sol siempre está oculto
entre nuestras montañas,
y cuando llegamos a la cima,
la luna está más alta.
Contemplo la vista
y de reojo te busco,
el paisaje cambia
y tú no puedes ver nada.
Nos hemos atado a una cuerda floja
y tenemos miedo de cruzar
porque un paso en falso podría resultar
peor que la lejanía que nos sostiene,
estoy dispuesta a caer
solo si estás dispuesto a ceder,
¿lo estás?, ¿estás?
No me hace falta el arnés,
sino la seguridad de que si llego al otro lado
ahí estarás.
¡Qué maravillosa era la vista
cuando me mirabas!
¡qué extensos son mis ojos cerrados
y qué torpes son tratando de retener una lágrima!
Trato de escalar algunas piedras
sabiendo que serán las ramas
quienes me sostendrán,
tal vez tan bien que me tendrán que atravesar.
¿El viento ha estado derribándonos
o solo son tus manos empujándonos?
porque nuestras colinas se han convertido en un abismo.
Créditos de la ilustración a: Haylee Morice (@hayleemorice)
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