Corazón roto
- ANMIR MARTZ
- 31 dic 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 19 jul 2020
El desgarre de un corazón
son las fuerzas que tienen unas alas para volar,
son los rasguños de los latidos
y el sentir de un vacío.
Cuando un corazón se rompe
no hace sonido,
pero le ponemos canciones
para que cada pieza rota tenga su historia.
Cuando un corazón se rompe jamás se escucha,
se desvanece en el silencio,
pero no pasa por desapercibido
porque quedan las grietas.
Un corazón roto
nos hace defendernos del amor
en vez de atacar al dolor.
Un corazón roto
nos deshace,
en vez de que tomemos las piezas como lienzos
y hacer arte en ellos.
Un corazón roto
son ventanas rotas
entre muros inalcanzables.
Un corazón roto se orilla
después de estar a lado de alguien.
Un corazón roto quema
porque no puede permitirse ser cálido
con alguien más.
Los corazones rotos
deberían formar puentes
que lleven a nuestro museo del desastre,
para que toquen nuestras piezas
y sientan nuestro dolor,
para que miren a través de nosotros:
nuestro dolor insoportable
plasmado en cuadros de arte,
en poemas y canciones,
en todo aquello que lo haga más llevadero
y nos permita quedarnos con lo que nos dejó;
la inspiración y la satisfacción de nuestro arte.
Nuestro museo del desastre tendrá goteras,
pero con suerte, con las sonrisas que provoquemos
pueda curarnos por dentro.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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