Mi corazón se ha convertido en un ataúd
y tú en un cadáver,
te mantengo aun sabiendo
que te descompondrás,
pero ¿el dejar de funcionar
no fue lo que nos desahució?
Los gusanos llegarán a probarnos
cuando la verdadera prueba
estuvo en la mariposa
que voló alrededor nuestro,
olvídalo,
debajo de la tierra
no importa la primavera.
Yo te dije que
las flores no necesitaban de un ataúd para desintegrarse,
tú respondiste que
se marchitan más rápido en los floreros,
todo es cierto,
yo nunca acierto.
¿Qué estábamos esperando?
nos conocimos entre cadáveres
y me quise aferrar a un corazón latiente,
no era latente,
fue mi culpa por olvidar que
debajo de la tierra
no importaba la primavera,
no eran raíces los que nos entrelazaba
sino gusanos que nos consumían,
ellos se convertirán en mariposas
y ya no podrán volar a nuestro alrededor.
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