Ardimos entre los atardeceres rojizos,
el cielo lució como el infierno,
todo era fuego,
nos consumimos lento
como si fuéramos nubes desvaneciéndose.
Cuando todo se apagó entre nosotros
descubrí que mis sentimientos por ti eran verdaderos,
aquellas cenizas guardaban una chispa,
pero nuestra mecha ya estaba cansada
y nuestro fuego había explotado tanto
que aquel adiós era el definitivo.
Estamos enamorados de los atardeceres
solo porque son efímeros,
solíamos detenernos
para fluir con las nubes,
sentíamos sus tonos,
tal vez éramos dos tontos.
Solíamos creer que
el atardecer era una postal eterna,
un espacio del cielo
tratando de llenarnos,
tal vez éramos dos tontos,
queríamos adueñarnos del cielo
para sentir que no pertenecíamos al infierno.
Solíamos creer que
el atardecer era una postal eterna,
jamás nos interesó leer nuestro destino en las estrellas,
sabíamos que todo terminaba como los atardeceres,
pero tal vez debimos esforzarnos por escribir algo mejor.
Solíamos creer que
el atardecer era una postal eterna,
queríamos escribir del otro lado
lo que nos hacía sentir cada color,
pero el principito tenía razón.
Los atardeceres se pintaban en nosotros
y en el anochecer dibujamos estrellas,
solíamos olvidar nuestros vacíos
cuando observábamos al cielo,
éramos dos tontos,
buscábamos esperanza
en lo efímero,
pero jamás creímos en lo eterno.
Nos aferramos a los atardeceres
cuando realmente tratan de como dejan ir al día,
nuestra vida se basa en perseguir lo que desea ser libre.
Eres como el atardecer,
te quise detener
cuando te estabas desvaneciendo,
te guardaré en mí como si fueras una postal,
porque te pierdo en cada tarde
y es demasiado tarde para seguir intentándolo,
esta es una carta de despedida.
Aquella tarde en mi terraza te pregunté
“¿Será que la vida siempre nos presentará colores en el atardecer
para luego dejarnos en la oscuridad del anochecer?”
Jamás respondiste, pero perderte me dio la respuesta.
Éramos dos tontos
tratando de conseguir esperanza, ilusión e inspiración
en un cielo azul, donde en las tardes algunos colores luchan por pintarse
y brindarnos paz,
esos éramos nosotros,
dos tontos creyéndose profundos
y ahogándose en la primera gota de agua.
7:27 p.m. 07/sep/20
Fotografía tomada desde mi terraza
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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