Aprendí el valor del tiempo a través de un amanecer,
era cuestión de segundos para que cambiara todo,
para que las oportunidades se desvanecieran.
Aprendí el valor del tiempo a través del cielo,
mientras las manecillas del reloj se movían, las nubes también lo hacían,
pasaban como queriendo ser fotografiadas,
pasaban como si estuvieran en una pasarela,
sus mejores pasos fueron cuando te dejaban huella.
Aprendí el valor del cielo a través del paso de las nubes,
su movimiento lento me hacía sentir tranquilidad,
eran tan lejanas, pero si veías con atención podías observar su camino,
a pesar que estuvieran en el otro extremo.
Aprendí el valor del tiempo en el atardecer,
era cuestión de tiempo para que cambiara todo,
para que las oportunidades se desvanecerían.
Aún no descubro que tono pinta a mi alma,
pero el atardecer encendía la chispa de mis ojos.
Aprendí el valor del tiempo a través de los atardeceres,
la caída del sol son las manecillas dando vueltas.
Aprendí el valor del tiempo a través de los atardeceres,
lo que arde en rojo se convierte en cenizas, en estrellas, en el anochecer.
Ningún atardecer es igual,
es una expresión de libertad
y nosotros lo queremos capturar.
Aprendí el valor del tiempo a través de los atardeceres,
cuando quise verlo de nuevo,
estaba vacío,
lleno de oscuridad.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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