Si vas a dolerme,
haré una elegía eligiendo sufrirte.
Si vas a romperme,
tomaré cada pieza
y le daré forma a tu ausencia,
se parecerá a tu fantasma,
pero carecerá de tu alma.
Si vas a abandonarme,
voy a quedarme,
no puedo seguir a quien se va,
he aprendido desde niña
a no estar en donde no quieren o piden mi presencia,
pero genérame una nueva inseguridad,
viviré en ella y moriré por ella.
Si vas a trazar mi perdición,
haz que la punta de la pluma sea tan filosa
que me corte sin aún haber atravesado el camino marcado.
Si vas a cambiar mis coordenadas,
alinea mis estrellas para creer que está bien perderse
y me podré encontrar finalmente,
sin quien soy.
Si vas a clavarme el cuchillo,
déjame reflejarme en él,
quiero saber quién fui
para no volver a ser yo.
Si me quitaré la dicha,
entonces disfrutaré la tristeza,
déjame saborear mi sangre,
¡qué amargo dolor
resultaste, amor!
Es una elegía
no ser la elegida.
Es una elegía
la despedida,
y déjame la inspiración,
que aquí no se muere de desolación,
se vive con eso,
¿se vive? no lo sé.
No lloraré,
solo sangraré
y está bien,
la tinta lo necesita también.
Créditos de la ilustración a: Aykut Aydoğdu (@aykutmaykut)
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