Ellos dos,
después de desenredar el hilo rojo que unía sus almas,
se enredaban entre sus sábanas para no separarse de sus cuerpos.
Ellos dos
al besarse, abrazaban sus labios,
danzaban sus manos en el cuerpo
que los inspiraba hacer música al tocarlo.
Ellos dos
recorrían la orilla del mar,
corrían entre las olas
y se sumergían en la profundidad de cada uno.
Ellos dos
no pedían deseos,
entregaban sueños a sus realidades.
Ellos dos
eran uno mismo.
Uno era la musa,
el otro el artista.
Uno era el tambor de los latidos
y el otro era la afinidad del amar.
Él era el respirar
y ella el suspirar.
Él es sol
y ella es la luna.
Él es el alma pura
y ella es un corazón intacto.
El y ella
encontraron sus corazones
y se amaron.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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