Estamos en las manos del mal,
de quienes han olvidado tocarse el corazón,
son manos violentas que jamás sintieron las caricias
y por eso prefieren atacar.
Disparan en el pecho
porque olvidaron que el pecho
era el contacto con los corazones
cuando nos abrazamos,
pero prefieren abrasar,
tal vez quieran sentir un poco de calor
y tener colores intensos por el fuego
aunque siempre estén de negro por el luto de quienes mataron.
Estamos en las manos del mal
porque el poder es su único deseo,
la magia es un cuento,
pero mira cuantas historias han terminado en tragedias
solo por querer ser leyendas del poder.
Estamos en las manos del mal,
sus dedos son cuchillos.
Estamos en las manos del mal
y se hace una guerra
para ganar la paz.
Dicen que la paz es inalcanzable
porque no se puede tocar,
pero solo queremos sentirla,
así que por favor, detente,
que quiero que mi corazón avance sin miedo
aunque él no vaya para ningún lado,
pero quiero que en cualquier camino haya seguridad,
no quiero ser una más.
Tal vez para radicar al mal
debemos de empezar por nosotros mismos
y enseñarles a los demás eso,
mostrando nuestros valores,
haciendo el bien y dar lo mejor,
unirnos para formarnos y no destruirnos.
Todos somos uno mismo,
pero yo también puedo ser la víctima,
todos somos expuestos, es un sorteo,
cambiemos esos papelitos
y hay que hacer que nos ofrezcan una mejor vida
y no la peor muerte.
Hay que cambiar el maldito punto de vista
antes de que nos saquemos los ojos
por lo que está sucediendo en el mundo.
Estamos en las manos
y lo peor es que nadie hace nada.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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