Levantarse para volver a recaer
y sanar para empezar otra vez.
Tomar aire para soltar el humo
y dar el salto sin llegar a ningún lado.
He saboreado la sangre
solo para no tener apetito
de otra herida en mi alma,
así que basta.
Me trato de esconder en las nubes
para que las turbulencias no me encuentren,
pero las nubes están temblando de miedo,
todo es tan delicado y yo no sé tener cuidado,
solo me desgarro.
En la sintonía de la agonía
encuentro elegías,
no me queda nada más que la ilusión
de la inspiración.
Necesito un minuto
para reparar mi reloj,
necesito dejar de desperdiciar mi vida,
pero todo es un borrador,
lo real estará en el epitafio,
¿debo preocuparme? no.
Fui al cementerio solo para sentirme a salvo
y no sé si soy más afortunada que todos ellos,
su paz durará,
solo se consume su pira.
No sé si haya algún sentido en la vida
o en la propia existencia,
más allá de levantarse para recaer
y sanar para empezar otra vez.