Cuando algo se rompe,
el reloj también se descompone
y solo quisiéramos mantenernos congelados en una fotografía llena de sonrisas,
pero de tanto sostenerla los colores se destiñeron.
La distancia jamás fue por indiferencia,
fueron por los sueños frustrados.
El alejarse jamás fue porque el amor disminuyera,
pero el corazón no se podía sostener igual ya.
Nos enseñaron a ser fuertes por separado,
que cuando crecimos y nos volvimos a ver éramos de acero e hielo.
Nos enseñaron a ser fuertes por separado
y en nuestra debilidad necesitábamos de un abrazo,
cuando nos soltáramos podríamos haberlo solucionarlo.
No sé que hubo más al final
si huellas o pasos,
aunque volviéramos,
jamás íbamos a ser los mismos.
Cuantas estrellas miré esperando un cambio,
porque nuestras miradas jamás se encenderían de nuevo,
por lo menos al vernos.
Las cosas se desgastan
y el desgarrar un corazón para aferrarse
no significa mantener las cosas igual,
significa destruirse en una batalla perdida.
La misma chispa que tú veías en mí,
yo la veía en ti,
lástima que no pudimos hacer fuego juntos.
Nuestros corazones latían al mismo tiempo
y por más distancia que hubiera de por medio
tenían el mismo ritmo,
las mismas palabras,
es una lástima que no se acercaron para componer,
pero gritaban por el silencio de nosotros.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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