I.
Hace rato estaba mirando atentamente
hacia la ventana mientras me preguntaba
“¿Qué estoy esperando?”
Entonces se posó un pájaro en una rama.
Sigo sin saber la respuesta,
solo sé que ya no me inquieta.
II.
En la madrugada después de llorar
escuché algo un cristal romperse,
pero nada cayó,
¿Era solo mi corazón?
III.
En una de estas madrugadas
vi un destello de luz en mi habitación,
no era como un rayo, no,
la luz se mantuvo mientras yo parpadeaba para ver si era real o no,
se apagó cuando con mi celular pude aluzar,
tanto dormir mal me está haciendo alucinar.
Me dormí tranquilamente
y luego me despertaron los rayos,
con las tormentas siempre recuerdo a los jinetes fantasmales,
aquí sigo en esta estación solitaria,
¿Es que la caza salvaje me atrapó y me convertí en un olvido?
IV.
Ayer me miré en el espejo
y pude observar las luces rojizas
que antes de decolorarme el cabello tenía,
pensé que nunca volverían, sonreí,
luego me di cuenta que si se veían
era porque el tinte ya estaba desgastado,
mañana iré a retocarlo.
V.
El precio de apreciar la naturaleza
es pasear a Bailey y limpiar su popo,
pero ¿qué es más natural que eso?
VI.
Ayer y hoy solo aprecié las alas de los colibrí,
aunque ninguno aleteó en mi jardín,
fui feliz.
VII.
Antes de media noche no tenía idea qué hacer con mi vida,
así que me preparé un chocomilk,
lo puse en una taza de “Ya do quiedo adulto”,
¡brindemos por sentirnos fracasados!
VIII.
La lucha entre no ordenar mi habitación
porque primero tengo que ordenar mi vida
y no ordenar mi vida porque mi habitación es un desastre.
¿Cómo empezar? Acostándome en mi cama no funcionará,
así que cerraré los ojos e intentaré soñar esa realidad.
IX.
Ya sé por qué leo poesía desgarradora,
es para que mi corazón se pueda sujetar.
Ya comencé a escribir un diario nomás para darle prueba a mi existencia junto con mi vida y también para practicar mi escritura, la cual quiero hablar más de cosas banales porque todo puede ser poético, menos mi poesía.
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