Finalmente yo

He sido un espejo empolvado,

ensuciaste la imagen que tenía de mí.

Rompiste mis ventanas,

pero desde hace tiempo no podía ver nada a través de ellas.

En el pasado me rompí el corazón,

ahora debo cuidar cada pedazo,

por primera vez puedo respirar en mis vacíos,

eso de querer completarme con piezas filosas me dejó sin sangre ni aire.

He estado tan equivocada,

pero he aprendido a dejarme sentir

en vez de dejarme llevar por lo que siento.

No todo el tiempo tengo que ser fuerte,

está bien estar mal,

estoy dispuesta a esperar cien primaveras

solo para florecer otra vez

y si soy una flor pequeña,

el jardín no sería el mismo sin mí.

Creí en tus palabras

y me quedé sin voz,

por primera vez no quiero reescribir mi historia,

solo quiero empezar.

No soy culpable de lo que siento,

solo de lo que hago con mis sentimientos,

ahora la tristeza me inspira

y el coraje no me hace temblar

hasta caer en los errores

que tanto me costaron levantarme.

He aprendido a tomar el control de mí,

escuchar mis sentimientos

en vez de gritarle a mi vacío

por lo rota que me siento.

He aprendido que

si estamos en medio del océano

ni todas las estrellas del universo nos podrán salvar,

necesitamos la luz del faro.

He aprendido que

luz del sol es necesaria

para que la luna sea lo resplandeciente de la noche.

He aprendido que

la luz de otro nos puede guiar,

pero solo la nuestra nos hace ver con claridad.

No puedo elegir con que piedra voy a tropezar,

hay muchas cosas que no están en mí,

al final damos más pasos que tropiezos,

si no estoy en el camino correcto,

agradeceré el haber avanzado.

No soy tan insuficiente,

solo insegura,

necesito tanto creer en mí

para ser finalmente yo.

Tal vez siempre fui débil,

pero es de valientes mostrar sus heridas,

las rellenaré con tinta,

pero no volveré a abrirlas.