Inexpresión
- ANMIR MARTZ
- 8 ago 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 jun 2024
No quiero traicionar a mis poemas
con mis (otras) palabras,
así que me quedaré callada.
No puedo actuar bajo las palabras de mis poemas,
tampoco puedo ir en su contra,
yo no me sé expresar
y por lo mismo escribo.
No sé si debo quedarme al margen de sus páginas
o salirme de las hojas,
¿debo dar mi vida por los poemas
o dejar que mueran sus penas?
¿Dónde está mi corazón
cuando la pluma flota
y no estoy sosteniéndola para hundirla con mi tinta?
Mis escalones están hechos de nubes,
no te fíes demasiado,
no te van a llevar al cielo.
Construí un puente
con mi cuerda floja
y desde allá lanzo piedras
para creer que como ellas
no me romperé.
Se lanzan las olas
y me hundo en el agua,
aún tiendo a confundir a la calma
con la tempestad.
Últimamente
no estoy viendo a la lluvia caer,
solo a las gotas rebotar,
últimamente
he entrado a vivir en un poema
porque allí la monotonía es bonita.
Van resonando
los tambores del océano
y yo sigo estática en esta canción,
cambio todo de mí sin cambiar el lugar en donde estoy.
No quiero traicionar a mis poemas
con mis (otras) palabras,
así que me quedaré callada.
William Carlos Williams en su poesía LA FALSA ACACIA (en poesía reunida) expresó:
“El poeta mismo, ¿qué piensa de sí de cara al mundo? No estaría bien responder, lo que se siente inclinado a decir: «no sé». Eso sería traicionar sus poemas. Sería mejor contestar: «una rosa es una rosa es una rosa» y dejarlo así. Una rosa es una rosa y el poema la iguala si está bien hecho. El poeta no puede menospreciarse sin menospreciar su poema -lo cual sería ridículo. La vida no da mayor recompensa, de modo que, como esta flor, persisto, por lo que pudiera significar. No soy, ya lo sé, una rosa, en la galaxia de los poetas, pero ¿quién se atrevería a negarme mi puesto?”
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