El insomnio me tiene mal
cuando mi noche
no puede ser compartida contigo,
mis ojeras resaltan entre todo lo que se desvaneció.
¿A dónde me llevará este desvelo?
Estoy tan lejos de descansar,
de soñar o tan siquiera
de que me agrade esta realidad,
siento que ya no puedo más,
sin embargo, siento más.
Las noches extrañan a nuestras estrellas,
la oscuridad pintó a nuestra realidad
y me he cansado de contar ovejas
tratando de conciliar el sueño,
así que les he quitado su lana
para ponérselas a mi almohada.
La eternidad solo sucede en la muerte,
pero ser temporales también mata,
¿cuándo terminarán los sentimientos
que no saben cuando empezaron?
Las noches extrañan a nuestras estrellas,
nada brilla de la misma manera
y lo que no sucedió
se repite en un sueño
¡ni siquiera estaba durmiendo!
Las grietas de medianoche
no se arreglarán con el alba,
esta fantasía se convirtió en una agonía
y esta incertidumbre es lo único real.
Este insomnio se parece a ti,
la noche es tan eterna
cuando todo acaba.
Ahora nuestro cielo en vez de estrellas
tiene fantasmas,
ahora el cielo me recuerda
al paraíso que perdimos.
Este insomnio tiene tu cara
y yo no dejo de preguntar por tu cuerpo
y tus adentros.
Mis almohadas se han convertido en espadas,
cada noche me atacan
y cada día me siento más derrotada,
no sé cuánto más puedo seguir herida,
mi piel se hizo para por ti ser acariciada.
La noche me pregunta por ti
y en mi insomnio
no consigo dar una respuesta
y prefiero no imaginar.
En mi insomnio
deseo que me sueñes,
y si mis sueños se hicieran realidad, entonces…
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