Te recargas
en mi paredes de cristal
y pongo mis manos del otro lado
para que creas que te estoy sosteniendo.
Tierra fantasmal,
neblina infernal,
mis cementerios
no han sido más que trincheras,
a veces todavía deambulo en ellas,
las cruces me recuerdan cómo me debo de persignar,
pero ni siquiera a Dios me puedo llegar a resignar.
El sol se ha reflejado
en mi lámpara apagada,
y no es más que una sombra y ya.
En el cumpleaños de ella
el foco se fundió cuando yo
estaba enfrente del espejo,
lo reparé, pero mi reflejo
ya no estaba ahí,
me liberé de su fantasma
pero estoy condenada a ser esta alma.
Mis cementerios
no son más que trincheras,
déjame caer,
en el fondo
estoy bien.
Pared de cristal
y luz artificial,
¿aquí que es real?
alguna vez lo fui
y ahora no sé qué hay de mí
en mí,
lucho con mis adentros
hasta salir de mí.
He estado construyendo un invernadero,
podría quedarme a vivir en él,
no pretendo que sea inmarcesible,
solo que sea inaccesible,
¿no es así como se deben de proteger?
y lo riego, y lo cuido,
hablo con él
y la vida empieza a florecer
pero a veces puedo sentir lo marchito de mí
o tal vez yo soy la plaga.
Comments