Traté de enmarcar el corazón
que me hiciste sentir
y tuve que romper el cristal
para nunca olvidar.
Tomé el turno para olvidarme de ti
y solo olvidé cuál era el número,
nunca llegué al final
y ni tú ni yo volvimos a iniciar.
La aglomeración de tu ausencia
provocó varios disturbios
y yo sé que he salido de allí,
de ti,
¿quién demonios dijo que estoy limpia?
Alma mía, ¿a dónde has ido?
aún siento las oleadas
de nuestro mar muerto
y tengo bastante tiempo
sin sentir algo como la brisa,
nada más me llega el suspirar de las gaviotas,
todas las penas…
alma mía, ¿estás siendo feliz?
Los presagios jamás llegaron,
solo nos acabaron,
dejamos todo a manos de un destino
que tiene pies
(inmóviles).
Traté de congelar a nuestra primavera
mientras resolvía nuestro invierno eterno
y solo he hecho más enredo,
temo tener que cortar hasta a la raíz,
las ramas están estrangulando al corazón
que olvidó cómo brotar
y solo sabe cómo amar.
Traté de enmarcar el corazón
que me hiciste sentir
y rompí el cristal
para siempre recordar
lo que verdaderamente fue
y se fue.
¡Feliz 2023! Claramente tenía que iniciar el año escribiendo un poema infeliz. Ojalá este año haya mucha poesía e inspiración y fuerza para escribirla.
Comments