Tienes razón,
estoy demasiado jodida
como para hacerlo funcionar.
Creí pertenecer
y ahora estoy buscando un lugar lejano
para no volverme a encontrar con quien soy.
Fui un golpe en el recuerdo
destrozando los buenos momentos,
fui la sangre seca que jamás deja de manchar
una herida abierta para poder respirar.
Traté de purificar mi sangre
en vez de limpiar sus manchas,
ninguno de los dos está bien
y no diré quién acabó peor.
Las cicatrices se entierran
y aún hay mucha vida
para que duela.
Lágrimas saladas,
este océano me ahoga,
eres la ola que se va,
soy la ola que viene,
nos encontramos
solo para volvernos a perder,
deberíamos usar los desencuentros para decir adiós,
deberíamos usar los encuentros para pedir perdón.
Ahora sé que
los buenos pronósticos
no ahuyentan a las tormentas
preferí ser una náufraga
en vez de la mejor marinera,
porque me llevo bien
con lo que me quiere deshacer.
Jamás fui tu aliada
porque no creo en la paz,
después de tanta guerra
solo la muerte llega,
creo en ella
aunque no tengo idea de lo que sucede después,
nada reconfortaría mi sufrimiento de vivir.
La canción de cuna me hizo soñar,
mas no pude dormir,
a la mierda las ovejas
cuando hay estrellas
y a la mierda las estrellas
cuando se cuentan solos mis problemas
cada vez que me dispongo a descansar.
Fui la costra de tu herida,
siempre intentaste arrancarme
y jamás fue mi culpa.
Me ahogué en un grito,
supongo que jamás supe pedir auxilio.
Estuve en una constelación
en la noche más nublada
y cuando fui sol
jamás pudiste verme con claridad,
tu oscuridad no me va a apagar.
Fui una cascada
y me convertiste en una regadera,
¿estás limpio después del agua que nos ahogó?
“Tenías razón, no le convengo a nadie (…) creí ser parte de un todo y en realidad era la nada” Loreto Sesma en Amor Revólver.
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