La lucha de mi espíritu
y mi sensibilidad,
no sé a quién darle el poder,
tomaré mis fuerzas restantes
para volverme un mundo aparte.
La lucha entre no saber quién soy
y dejarme perder
cuando dejo entrar a alguien,
¿qué puedo entregarte?
todo lo dado es desechado.
La comisura de mis labios
está hecha de heridas,
déjame poner una sonrisa
y que las líneas se vuelvan borrosas,
imaginaria alegría.
Me gusta trazar mis cicatrices,
creer que lo he superado
y luego ver como tiemblan mis manos.
Me gusta sangrar
porque me doy cuenta
que si tengo algo para dar,
luego son mis heridas
las que me dicen “nunca más”.
La luna llena proyecta lo perdido,
todos los restos en un solo encuentro,
esta nostalgia me parte,
pero sigo adelante.
Mantener la esperanza
y dejarte ir por ella
no es igual,
así que lo espero en silencio,
luego grito porque la paciencia se está acabando.
Amo la soledad
más de lo que alguna vez
me podría permitir amar a alguien,
mis desdichas se quedarán a salvo conmigo.
