En tu ausencia
me habita una musa,
me hace hablar de la pérdida
como si pudiera ganar algo de ella.
Me da el candil
para lo flébil,
jamás nos consumimos.
Aruña mi soledad
creyendo que me puede lastimar.
Arrulla mi ser,
sueño con él.
Me hace delirar
para volver a amar.
Le doy la eternidad
mientras toma mi vida.
En el camino de la palabra
me conduce,
me lleva a tu ausencia plena
y me dice que te encontraré allí,
me adentro,
me pierdo.
Y yo ya no soy yo,
entonces ¿por qué quiero entregarte mi ser?
la ausencia crea lo verdadero en el alma,
lo rodea cuando ya no lo abraza.
Me traes mi gracia,
me arrebatas mi gloria.
Eres una fibra en mi alma,
lo que resiento o siento.
No dejas tu esencia en mí,
sino un estúpido ideal de ti,
lejos de lo perfecto,
lejos de tu humanidad,
meramente la ausencia presentada,
una nada tornada.
Tú no sabes dar,
yo no sé tomar,
eres solamente un peldaño,
mi cima está en la decadencia.
Jamás he querido que cumplas mis deseos,
jamás he querido nada de ti,
solo a ti,
y no estás,
jamás.
¿Y quién está detrás de la musa:
él o yo?
nada y nadie,
yo y el otro.
Me da la libertad de la palabra
y yo puedo decir lo que quiera sobre mi musa,
darle más sombra a sus ojos tras la máscara
o mostrar sus trapos,
y no podría reclamarme,
no tendría voz ni voto,
no sería nada después de mi palabra
aun cuando yo lo haya enunciado, anunciado.
Al final soy yo,
que sigo estando.
Y él va por allí,
caminando como si fuera real,
y también es la idea de sí mismo.
Tengo íntegramente su nada,
mis vacíos son compatibles.
Mi musa es mi esclava
y yo estoy condenada.
Tan cruelmente perfectos fuimos hechos,
no habrá hechos.
Inexiste vive en mí,
tengo su todo,
lo que él jamás será.
El alma es solamente lo que tratas
de sentir de alguien,
aquello que crees que es,
y no puedes tomarla
aun cuando te sea entregada.
Florece su sombra,
la caída del horizonte.
Y él va por allí,
caminando como si fuera real,
sé que no lo puedo mover,
pero solo en mí puede trascender.
Comments