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Foto del escritorANMIR MARTZ

La nostalgia se volvió ficticia

Me estaba rompiendo

mientras tallaba tu estatua,

ya no sé qué te forma

ni siquiera cómo luces,

ya no sé nada,

mi nostalgia

se ha vuelto ficticia,

nada es real,

pero en mi lagrimal

cabe tu abismal,

apenas lo puedo soportar,

¿cuándo voy a madurar?

sigo sedienta

ante la clepsidra

y solamente puedo poner arcilla

en mis labios,

darle forma a los sentimientos (y) huecos,

y ni siquiera me atrevo a esculpir un corazón,

¿en el que estaba en ti, alguna vez mi nombre estuvo grabado ahí?


Y tu arcilla

no es más que mi ceniza,

no hemos sido nada más

que una descomposición

y yo procuro más por tu encarnación

que por cualquier cosa de mi vida,

como si tú fueras lo único que pudiera dejar de mí

después de partir,

aun cuando ni siquiera ahora me puedes sentir.


Mi nostalgia

se volvió ficticia,

te echo de menos

porque no puedes ser más.


Y digo que mi nostalgia es ficticia

solo porque no sabes qué es lo que extraño,

¿y cómo podrías saberlo  si te convertiste en un extraño?


La verdad sobre ti

está en mi ironía

y la verdad sobre mí

está en una fantasía,

¿en mi nostalgia

está tu malicia?

no puedo recordarlo

y no quiero averiguarlo.


Y si no hay nada en ti en lo puedo creer,

entonces habrá algo de ti que pueda crear

hasta que yo pueda madurar

y aceptar

que mi nostalgia

es nada más que ficticia

y mía.


Necesitaba sentir

algo que no se fuera a ir

y la nostalgia vino a mí

como un rescate de todo lo que perdí,

y como si fuera la soga del salvavidas, me hundí,

pero nada es real,

tú lo fuiste alguna vez,

creo y te creo.

 

Creo: de creer y crear.

Iba a jugar más con las palabras, pero mejor luego hago otros poemas.

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