Lamento haberte escrito tantos poemas,
pero cada pieza caía en su lugar
incluso cuando los caminos no supieron acercarse más.
Cada tropiezo era una rima
y cada retroceso buscaba un poema,
fuiste una piedra en mi zapato,
creí que me seguirías acompañando,
pero tuve que detenerme
y seguir sin ti.
Lamento haber inmortalizado
un sentimiento efímero,
por lo menos no creo en los amores eternos,
todavía.
No tenía que poner tu nombre
para que el poema fuera más tuyo que mío
y ese fue un gran error
que me dejó sin inspiración
porque el sentir se había ido de mi corazón.
Hice tu ser en un papel
porque tocar va mas allá de la piel
y a veces es cansado usar metáforas
cuando es mejor hablar con la verdad.
Si todo será silencio entre nosotros,
habrá un poema que hablará por mí,
¿y quién dice que mis palabras esperan llegar a ti?
Ojalá el viento sople a tu favor,
aun cuando despeine las ondas de tu cabello
o suspires por alguien más,
no importa ya.
Recuerdo el primer poema que escribí sobre ti,
luego perdí la cuenta,
dije que dejaría de escribirte poemas
hasta que llegara alguien más,
pero no puedes culparme por tener inspiración
y ya no un sentimiento.
Una madrugada de algún marzo
desperté extrañada,
ni siquiera te había soñado
y de algún modo supe tu realidad,
en ese julio te vi con ella
y fui feliz de verte feliz,
ni siquiera tengo que conocer su nombre
para saber que está grabado en tu corazón
más de lo que la tinta de mi poesía puede escribir.
En ese mismo año te vi en diciembre,
yo estaba del otro lado de la calle
y tú estabas en el celular,
supe que hablabas con ella,
luego la llevaste a la fiesta
y bailaste de la forma
que mis latidos jamás supieron danzar,
todo sentir tiene su ritmo
y está bien si a veces no hay sintonía,
si deja de sonar o hay otro sonido,
u otra voz que no deja escuchar los ecos
de aquel corazón que te quiso.
Jamás he creído que el amor de la vida tiene que ser la pareja,
quien nos gusta o de quien estamos enamorados,
hay más amores en nuestras vidas
pero tal vez ella es el amor de tu vida,
y aunque todavía tuviera sentimiento
no podría quejarme ni querer ocupar su lugar.
Lamento haberte escrito tantos poemas,
por haber mentido en hojas
para que la tinta no se secara
o manchara,
finalmente mi corazón es el que es sincero
y soy yo quien decide por las palabras.
Lamento tantos poemas,
sobretodo cuando sé que no te gustan,
pero la poesía siempre he sido yo tratando de expresarme,
así que tenía que escribirla,
eso jamás será un lamento.
Gracias por la inspiración en los poemas,
por el sentir donde viví un tiempo,
porque tu sombra aún se asoma a la tinta
para escribir sobre aquella chispa
que se apagó hace tiempo,
no lo siento por tus poemas
porque a veces ni los siento.
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