Las olas son olas,
tienes que dejar que estallen,
no las persigas
que te ahogarás,
déjalas ser,
deja que se estallen,
deja que se larguen.
Las olas son olas,
toma un respiro
que te refrescarán,
de este lado no puede existir nada más.
Las olas son olas,
una sinfonía
o solo monotonía,
arrastran nuestro silencio
hasta volvernos tan lejanos,
nos regresan las palabras moreteadas,
el agua cristalina pude llegar a cortar
y las olas comienzan a estallar,
los arrullos de nuestro mar empiezan a suplicar
que despertemos en otro lugar.
Las olas son olas,
no puedes atraparlas para conservarlas,
serían solo agua
y aunque la sacudas
no volverá a su forma,
necesitas regresarla a su libertad,
no nos puedes forzar.
Las olas son olas,
¿cuánto tiempo te quedarás
en sus idas y venidas?
despedidas en la costa
y un mar de desencuentros,
amores que se desvanecieron
en las conchas impregnadas en la arena.
Las olas son olas,
no puedes atraparlas para conservarlas,
serían solo agua,
no puedes beberla
que te ahogarás,
todo viene y se va,
todo se va y regresa,
¿somos el hogar
o un mar?
Antes mecíamos al mar
sin necesidad de las olas,
bastaba con el reflejo de la luna
y una canción de cuna,
ahora nos envuelve un silencio
y le devolvemos un estallido,
nos hemos estado rompiendo,
tal vez solo somos olas,
tal vez debemos seguir con nuestra marea
ignorando el curso de las cosas.
Mis mares y tu vaivén,
encuentros que se desvanecieron,
olas que no coincidieron,
latidos que estallan,
los corazones que nos faltan
y el caracol que contiene lo que se perdió.
Tal vez solo somos olas
y las olas solo son olas,
solo tenemos que dejarlas ser,
pero, vaivén,
¿te volveré a ver?
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