Aún no encuentro unos (a)brazos
tan puros como los tuyos.
Aún no encuentro unos (a)brazos
tan fuertes como los de alguien que va a la guerra
y con tanta calma como cuando regresa a casa.
Traté de llenar mi vacío
con mi poesía
y traté de darte forma
con mi poesía.
Traté de acompañarme
con mis letras,
traté de expresarme en mi poesía
porque sin ti me quedé con tanto por decir.
Te debo mi poesía
y mi vida,
me salvaste una vez
y tenías años sin estar.
Jamás has dejado de estar,
jamás has permitido que me quedé atrás.
Jamás has dejado de estar,
estás en los pájaros y en los colibríes,
en los árboles y en el mar,
estás en aquello que tiene movimiento,
es tu latir esperando que lo podamos sentir.
Estás en el vuelo del pájaro,
estás en las alas del colibrí,
en la belleza de una pluma
y en la pureza de expresarlo todo con solo una sonrisa.
Estás en mi raíz,
pero eres en las hojas del árbol
cuando se tratan de aferrar en otoño
sabiendo que nos tienes que dejar,
pero danzas porque es nuestro último baile,
yo jamás olvidaría nuestros pasos,
yo jamás borraría la huella que dejaste en mí.
Jamás te olvidaría,
jamás te dejaría de amar.
Jamás he sentido tanta seguridad y tranquilidad
como cuando me envolvías en tus brazos,
siempre sabías como devolverme mi alma.
Perdón por todas las noches que pasaste preocupada por mí,
conmigo todo siempre fue tan incierto
y la verdad es que lloraste por mí más de una noche,
después yo fui quien lloró por ti más de una noche
porque no podía aceptar la realidad,
el mundo fue más incierto sin ti,
pero mi corazón acertaba cuando mis latidos se sentían en tu pecho.
Eres la luna de octubre,
mis facetas y lo radiante de mi ser,
esto que siento por ti, ni la oscuridad lo podrá apagar.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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Siempre que escribes de ella, las palabras pareciera que se escriben solas, toda ella es inspiración, fuerza, amor. Y se mezcla a la perfección con tu arte de escribir y tu sensibilidad.
Quizá sea ella quien te enseñó a ir a la guerra y salir airosa de cada una de ellas, porque de ella tienes esa fortaleza. Así como de ella tienes el amor a la naturaleza, a los amaneceres, atardeceres, a los pájaros, a la flor, solo te falta tenerle amor a la vida y a ti.