Mariposa
- ANMIR MARTZ
- 16 jun 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 18 jun 2021
Cada vez que posaba mi cabeza en tu hombro
me hacías sentir que todo estaría bien
y cada abrazo le daba un descanso a mi corazón,
lo hacías alejarse de los malos paisajes
y lo hacías aletear hasta encontrar su lugar.
Tal vez el amor si es una mariposa,
florece cada vez que vuela,
llega alto y va lejos.
Tú has sido la única vida
de mi jardín marchitado,
has sido mi buen amor
a pesar de los peores tiempos de mi corazón,
he aceptado que siempre estuvo roto,
pero en tu partida comenzó a dolerme.
Por algún tiempo
estuve tratando de perseguirte,
pero solo me alejaba de mi misma,
ahora eres libre, mariposa.
El revolver de mi corazón
y el revoloteo de tus alas,
si todo parece que sigue andando,
¿te podrías quedar a contemplarlo
para que yo pueda entenderlo?
Porque me ha dado miedo la vida sin ti,
pero en estos (casi) 9 años es todo lo que he sabido (sobre)vivir.
Eres la mariposa
que renace en Alba
y ninguna luna de octubre
es más hermosa
que aquel ser que nació el 24 de 1939.
Me dejas sintiendo tu vuelo
porque tu ausencia
ya no toca mis heridas.
Dejaste huellas en el cielo
y cada nube gris lloraba en mí,
el desastre de mi latir
se compuso entre tu aleteo.
Me dejaste llorando en aquel agosto,
no me dejaste en aquel agosto,
siempre has estado en mí
como un tatuaje.
Renaces en cada amanecer
aunque seas el sueño donde no quiero despertar
porque ya no estás en el aire que respiro,
pero tu aleteo jamás ha dejado de estar en el corazón donde aún lato.
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