Mary Celest,
¿cómo podemos navegar hacia un mañana
si hemos sido un ayer
que ni siquiera mereció estar en la bitácora?
Los registros perdidos están en las velas que se alzaron
creyendo que se podría llegar a un mejor lugar,
existieron tierras que tratamos de iluminar,
pero abandonamos el barco demasiado pronto,
la vida se nos ha ido.
Debimos haber destapado el alcohol
antes de terminar ahogados en el océano,
todo lo que nos rodeaba nos hacía lucir como islas perdidas,
nuestras vidas estaban resguardadas como si fueran parte de un juego del tesoro,
¿dónde quedó el oro?
Desperdiciamos tanto alcohol,
los solitarios lo tomaran en nuestro honor,
siempre seremos un dolor,
necesito analgésicos
ahora que he dejado de ser tu calma
y sigues clavado en mi alma.
Debimos habernos ahogado en alcohol
antes de terminar siendo estiércol,
y nunca encontraron nuestros cuerpos,
¿fuimos enterrados antes de tiempo?
Alguna vez escuché que estar tanto tiempo en el océano
puede crear alucinaciones,
ya que todo es agua que se puede volver turbulenta
y sin tierra a la vista no hay firmeza,
dejamos todos nuestros objetos en la embarcación
y nada más tomaste un salvavidas
porque creíste ver algún tipo horizonte,
ahora no estamos en ninguna parte,
¿realmente lo tuyo fue una certeza
o solo fue falta de esperanza?
Mary Celest,
encontraron nuestro barco,
en él no había ningún daño,
fuimos tú y yo quienes sufrieron el naufragio.
Mary Celest,
encontraron nuestro barco,
en él no había ningún daño,
teníamos todo arreglado
para sobrevivir otro medio año,
para haber salvado nuestras vidas enteramente, eternamente.
Alguna vez escuché que estar tanto tiempo en el océano
puede crear alucinaciones,
mi vida de fantasía,
tal vez necesitamos de la mitología
¿fue un kraken lo que nos devoró?
eso explicaría porque jamás hemos encontrado nuestros cuerpos.
Nuestra radio estaba encendida
y nuestra brújula quedó intacta,
¿se acabó la tinta del bolígrafo?
porque no hicimos la anotación en el registro,
ahora somos un misterio de la humanidad,
y puedes decirle a Keaton que en algún punto se perdió el rumbo,
sé que él te creerá y te compondrá alguna canción
que amaré, y odiaré no haberla escrito yo primero,
él ya escribió sobre Mary Celest,
y todos tienen algo qué decir sobre nosotros, Mary Celest,
de cómo desaparecimos, hay teorías en todos lados
y tal vez solo nos ahogamos
o estamos viviendo felizmente en el Atlantis,
¿acaso me cantarás la canción de Seafret?
Naufragio mío,
¿me recordarás cuando alguien diga
“¡oh Capitán! ¡mi capitán!”
o trataremos de ahogar el recuerdo del viaje también?
Nos sumergimos dentro de las aguas
como si fuera un tipo de bautizo,
nunca estuvimos más cerca de Dios,
estamos muertos, ya estamos con Dios.
Ayer mi mamá me contó del vuelo 370, porque después de haber visto juntas Manifest quedamos algo tramadas (no es queja), así que yo le conté de Mary Celest (que posiblemente conocí gracias a la canción de Keaton Henson, uno de mis cantantes favoritos) y también del vuelo 914, que eso vendría siento otra cuestión, porque sí apareció después de 37 años y el tiempo no había transcurrido para los pasajeros (así como el 828).
Y viéndolo bien decir 370 y 37 me hace decir, como lo que decía Manifest, “todo está conectado”, increíble.
Iba a escribir sobre Mary Celest como un barco fantasma, pero mejor usaré eso para los vuelos, de todas maneras no iba a dejar pasar la oportunidad de escribir algún poema bajo la metáfora.
Lo de “¡oh Capitán! ¡mi capitán!” es poema de Walt Witman (que es para Lincoln junto con otros poemas), y es una referencia a La sociedad de los poetas muertos.
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