Mi bisabuelo, MAG
- ANMIR MARTZ
- 28 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Mi bisabuelo
solía balancearnos
entre sus brazos
mientras cantaba
y nos hablaba del bisnieto anterior,
tratando de volvernos un eslabón.
Los rayos del sol
eran sus manecillas,
él, el hombre del tiempo,
un día simplemente se cansó de esperar,
presentía un final abarcándolo,
él trató de extender su mano,
quería ir más allá de sí.
Él podía ver la primera gota de lluvia
sin necesidad de las nubes,
él, el hombre del tiempo,
luchó contra su propio pronóstico
hasta que se volvió agónico.
Trabajaba en la tierra
desde el alba hasta el ocaso,
trabajó en su paciencia
porque a los frutos no se les puede apurar,
tienen que madurar,
uno tiene que esperar.
Mi bisabuelo
solía balancearnos
entre sus brazos,
en su casa había columpios,
tal vez todos eran felices allí,
yo solo tenía un año y medio,
no lo recuerdo.
Mi bisabuelo
solía balancearnos
entre sus brazos,
luego puso una soga en los columpios,
detuvo el vuelo
en noviembre del 2000.
Ellos dijeron que fue una muerte
por causas naturales
y lo fue.
Esperó a que la muerte fuera por él
mientras la enfermedad lo mataba por dentro.
La muerte se olvidó de su alma,
así que él le dejó un recado,
la muerte se quedó sin palabras,
nadie recuerda su voz.
Mi bisabuelo se suicidó,
nadie quiere hablar de eso,
nadie habla mucho de él.
A mi familia le cuesta nombra las cosas,
aunque algunos de mis familiares tienen el nombre de él,
Manuel.
Ellos dijeron que murió por la vejez,
ni siquiera sé cuál era su edad,
sé que llegó a los 80 y murió hace 24 años,
no sé mucho sobre él,
nunca alcancé a preguntarle nada,
tampoco sé por qué estoy escribiendo todo esto.
Ellos dicen que Dios te da la vida
y solo Dios puede quitártela,
cada quien tiene distintas filosofías,
espero que haya encontrado la paz.
Mi abuela se culpó,
luego dijo que no tenía sentido
porque él ni siquiera se podía levantar de la cama,
¿cómo es que pudo ir hacia los columpios?
supongo que todos guardan un poco de esperanza,
otros un poco de fuerza.
Y no estoy diciendo que lo que él hizo estuvo bien o mal,
tampoco lo estoy culpando.
Rodearon su ataúd
como jamás estuvo rodeada su cama.
Él se sintió bien cuando dejó de estar ahí,
porque ya había llantos
y las quejas cesaron,
¿ahora, quién va a recordarlo?
Mi abuela no fue al sepulto de su padre,
dijo que estaba demasiado cansada de dejar ir,
dijo que no aceptaría la pérdida,
volvió a ser huérfana.
Mi abuela también tenía columpios en su casa,
no sé por qué jamás los quitó,
supongo que estaba demasiado cansada de seguir perdiendo cosas,
jamás se recuperó.
Sobre él
sé de sus dos esposas, sus hijos y nietos,
pero no hay registros de cuántos bisnietos fuimos,
¿quién va a recordarnos?
¿Tuvo una larga vida?
mi bisabuela murió a los 23,
mi tío a los 22,
soy mayor que ellos,
yo siempre he creído que moriré joven,
tengo 25,
guardo algo de esperanzas para la vida.
Y fue en un noviembre
cuando Jon salvó mi alma,
deberías de saberlo,
no sé por qué estoy escribiendo esto.
Mi bisabuelo nació un 26 de julio,
ese día se celebra a quienes se llaman Ana,
tenía que escribir sobre él
tarde o temprano, ¿no lo crees?
Y no sé mucho sobre él,
tenía el arco senil,
no recuerdo sus ojos,
ni siquiera recuerdo haberlo visto,
solo tengo su fotografía grabada en el fondo de mi mente,
aunque ahí no traía un sombrero,
¿realmente era él?
Mi bisabuelo se suicidó
mientras sus bisnietos estaban en un desfile,
llegamos a casa
y volvimos a hacer la marcha,
fúnebre ahora,
tal vez sí fuimos un eslabón
al final de todo.
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