I.
Has quedado en los días pasados,
en los días que no pasaron…
para renunciar a ti
tuve que renunciar a una parte de mí.
Cuando pienso en ti
no pienso en qué hubiera sucedido,
son los viejos amores
los que no pueden envejecer
y supongo que eso eres.
Supongo que siempre estaré enamorada de ti,
encontré la clase de perfección en tus movimientos,
mis tambaleos me han conducido lejos.
En ti encontré parte de mi delicadeza
y escuché que pude haber sido parte de tu naturaleza,
no pienso en lo qué pudo haber significado,
lo acepté, siempre serás mi primer sueño frustrado.
Dancé en un océano
y por un momento
controlé cada ola,
la brisa me llevó a cada estrella,
por un momento todo estuvo bien,
pero jamás he podido creer en mí
y por eso lo arruiné.
II.
Hace unas madrugadas
soñé que algo me gritaba
el más grande secreto de mi destino,
la vida me revelaba la fotografía jamás capturada,
ese momento jamás vivido,
mi primer sueño frustrado.
Hace unas madrugadas
soñé con otra vida
y desperté sabiendo que alguna vez
pude haberla vivido,
al menos intentado.
Desperté
y me pregunté si todavía era uno de mis sueños,
al instante me respondí que no,
yo no soy el tipo de persona que tenga algún tipo de sueño,
solo utilizo mi potencial para el sabotaje
y te juro que ya no quiero ser así,
pero aquella que soñó con eso,
ya no soy yo.
En otra vida
me destrozaría los pies
y jamás huiría de ese camino,
es demasiado tarde ya,
esta vida no tiene tiempo para mis deseos.
III.
30 de mayo del 2022,
fui a ver una obra de ballet
y sentí algo arder en mi corazón,
en cada movimiento de ellos mi flama danzaba
y me quemó aceptar que eso jamás en mí se apagó.
Mis ojos puestos en el escenario
mientras me sentía en otro espacio,
dichoso momento sentido,
de lo mejor que he vivido.
Después de tanto tiempo
pude sentir el dichoso aquí y ahora,
mi alma se reincorporo,
por un momento fui la persona más feliz del mundo.
La composición de las danzas
era la poesía siendo escrita en el aire,
de puntillas tratando de alcanzar algo,
sintiendo todo
y nada más importaba,
ese momento,
el verdadero sueño.
La música recitaba poesía
o tal vez no,
pero las piezas musicales
y el baile contaban una historia sin palabras,
demasiado poético,
demasiado perfecto.
La alegría que mi corazón sintió
y la propia sonrisa que mi alma besó.
La sincronización,
los movimientos de mi corazón,
qué precioso día,
qué preciosa vida
aun cuando a ese sueño renuncié,
pero jamás me he podido desenamorar,
no de él.
Creo que en este punto del poema no tengo que explicar que es para ALGO y no alguien, y no tengo idea si realmente importa, aun así diré más de esta poesía porque hoy salí por un cafecito con Jocelyne y toqué este tema, hice que sintiera mi emoción al hablar de lo que he sentido a través del ballet, lo que veo a través de esa danza efímera y eterna. Ella dijo que no es demasiado tarde y le dije que sí, porque cada etapa de mi vida he tomado la decisión de renunciar a ese sueño y ya ni siquiera es propio. Sé por qué fue, con gusto a quien me lo pregunte, se lo compartiré.
Hace unas noches soñé que algo me decía que parte de mi destino estaba en el Ballet y tenía bastante sin pensar en él. Un mes después de mis 23 fui a una presentación y recuerdo haber dicho que si volviera a nacer (en otra vida), sería bailarina de ballet y PRINCIPALMENTE JAMÁS ME SALDRÍA DE ESAS CLASES (si no me salí de la universidad fue porque siempre vi eso como obligación y porque no era mi sueño ejercer lo estudiado, así que no había nada que arruinar porque ya había tomado una mala decisión, larga historia y por alguna extraña razón no me interesa hablar de lo que estudié en la poesía, en ningún sentido, Dios sabrá por qué).
Ojalá existieran los multiversos y en uno ser bailarina de ballet, porque en este, por lo menos en esto, no me arrepiento de las cosas que pude haber hecho y no hice. Déjame explicarlo, si existiera una máquina del tiempo no volvería atrás y haría las cosas distinto, no me asustan los pequeños detalles que estallarían en este presente, sino en las poesías que no hubiese escrito, eso para mí lo cambiaría todo. Puedo profundizar en esto, pero no es lo quiero hacer, no hoy, así que solo diré que entre todas las cosas que he soltado y/o me han soltado, la poesía es a lo único que me aferro, lo que no puedo perder, y es por eso que he podido ¿afrontar? sobrellevar ciertas perdidas, cosas de la vida, en sí.
Así que mi otra yo se tendrá que encargar de lo que no me permití ser o hacer. Si es que existe y si es que mi alma lo permite.