Mierda
- ANMIR MARTZ
- 18 ago 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 11 abr 2024
Pronunciaba tu nombre
como si te estuviera diciendo que voltearas,
pude haber gritado,
pero mi voz hubiera seguido siendo un silencio
porque ya te habías ido.
Deletreaba tu nombre
y entre grandes letras
me sentía pequeña,
porque en la última letra
me daba cuenta que no estuviste ni en la primera,
tu nombre es sinónimo de ausencia.
Pronunciaba tu nombre
para decirte que aún quedaba algo de ti en mí,
devuélveme los versos
que te envolví en sentimientos,
aquellos que hicieron un enredo,
entre el dolor hubo tensión
y pensé que todo estaba bien en la ilusión.
Tal vez el problema de tu nombre
es que siempre hace referencia a ti,
hace unos días lo leí
y no entendí por qué significaste tanto.
Pronunciaba tu nombre
como si pudiera tener una respuesta
y solo estaba hablando conmigo misma,
tratando de entender por qué estaba loca.
Pronunciaba tu nombre
tratando de despedirme
y me di cuenta que el dejar de decirlo,
fue realmente el adiós.
Tal vez pronunciar tu nombre
fue escribir en una botella
con un mensaje hacia al mar,
así que si un día sientes que alguien te llama,
aun si es un eco, olvida todas las voces y recuérdame.
Pronunciar tu nombre
era como esperar que sonara
una campana de viento,
pero tú y yo respirábamos distinto aire
así que la única respuesta al silencio
era un suspiro por mi parte.
Y bien podría decir tu nombre
en vez de “mierda”,
pero mierda, ¿cuál es?
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