No sé cómo explicarlo,
te querré incluso
cuando deje de quererte,
lo haré un día
y te buscaré en la otra vida,
el destino es una condena
y por eso decidimos no creer en él.
Me haré la idea de que eres un olvido,
me ilusionaré creyendo que te dejé atrás
y el vacío del lado donde deberías de estar
me consumirá.
Acariciaré la herida de tu partida,
está abierta por si decides regresar,
cerraré los ojos,
entre parpadeos y latidos
no sé quién soy.
Acariciaré la cicatriz de tu partida
y diré en lo bajo “no dolió tanto”,
sucedió,
a veces duele más aquello que no sucede,
no sé cómo explicarlo
y no necesito hacerlo,
sé que lo entiendes.
Me acostaré en tu silueta
y daré media vuelta
queriendo verte en la cama,
todo fue un sueño que no recuerdo,
desperté tan de repente
en una noche nublada,
te fuiste en una sombra.
Todo fue un sueño,
que el despertar
hizo que lo olvidara,
me levanté segura de ti,
ahora tengo que lanzar una moneda al aire
y prefiero quedarme con la otra cara,
aquella que me miraba y sonreía.
Cada vez que lanzo una moneda al aire
se siente como una bala,
me crea una herida,
pero la herida es falsa,
no me quiero aferrar al dolor
porque sé que existen otros sentimientos,
eres más que eso.
Nuestro futuro está en los retrocesos,
¿coincidiremos en aquel desencuentro?
Me quemas como un tatuaje
y susurras que ningún dolor es para siempre,
ojalá la alegría hubiese durado,
pero las plegarias suceden cuando todo está por acabar
o acabó ya.
Lancé una moneda al aire,
elige rápido,
¿la esperanza o la verdad?
No sé cómo explicarlo,
solo sé que lo debes de saber:
te querré incluso
cuando deje de quererte.
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