Si los muertos tuvieran alma
no se llevarían el rencor de su vida,
porque necesitarían estar ligeros para su vuelo.
Tal vez para entrar al cielo
solo necesites de tus ojos con luz de estrella
y un corazón sin latidos ni sangre,
pero lleno de amor radiante como el sol.
Si los muertos tuvieran alma,
tomaran lo mejor de su vida
para atreverse ir más allá.
La luz del túnel fuera tan brillante
que los dejaría ciegos
y allí surgiría la oscuridad de la muerte.
Si los muertos solo fuesen cuerpo,
todo moriría con ellos,
estaría solamente la prueba de la vida
desintegrándose en materia.
Seríamos cenizas después del mas bello incendio,
seríamos polvo después de todo.
Todo lo vivido y lo no vivido
quedaría en la oscuridad del ataúd,
pero afuera de donde fuimos sepultados,
todo seguiría floreciendo
y los rayos del sol se seguirán filtrando entre las hojas,
se seguirán enamorando los girasoles del sol
y las margaritas seguirán siendo dudas de amor.
Sea como sea,
somos los vivos los que nos aferramos a lo malo,
al odio, al dolor, al rencor,
somos nosotros los que vivimos en guerra.
Haya alma o no,
existe la paz en la muerte.
Tengamos alma o no,
mientras vivimos la matamos.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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