Traté de acomodar mis palabras lo mejor que pude
aun sabiendo que rompería tu corazón
y mientras escribía me pregunté
¿para qué sirve la poesía?
embellece la tragedia,
pero no hace que sea menos dolorosa.
Nadie hará declaraciones,
todos hemos sido culpables,
confío en que lo haremos mejor la próxima vez
aunque no vayamos a ver.
Nos vendieron una tierra para marchitarnos,
jamás quise que se convirtiera en un campo de guerra,
ahora estás buscando tu alma
y a aquel cuerpo que abrazaste
le estás lanzando una rosa
como si con su suavidad
pudiera curar la herida de aquella bala.
Supongo que despertamos demasiado tarde
para nuestro amanecer,
volverá a salir el sol,
otros rayos te pintarán mejor.
Nos vendieron una tierra para marchitarnos,
no te deshojes preguntando si te quise,
hice lo mejor que pude,
lamento que nuestras expresiones sean diferentes
y a veces no hayan podido entenderse.
Jamás cultivé mi corazón,
solo lo enterré,
lamento que hayan existido más pasos alejándose
que latidos acercándonos.
Creíste que todo estaba bien
porque estuvimos flotando
cuando estábamos naufragando,
tal vez no nos ahogamos,
tal vez no nos hundimos,
pero ¿realmente crees que estamos bien?
Me habías dicho que tu corazón era irrompible
después de todas las experiencias que solo yo conozco,
¿y a quién le llamaste cuando te rompí el corazón?,
¿tus amistades también me odiarán
aun cuando jamás las conocí?
supongo que jamás fui tan interesante,
amable, divertida o tan siquiera importante,
¿voy a recuperarme?
¿De qué estaba hecho nuestro océano
si no nos ahogo ni nos hundió?
tal vez su profundidad nos desconoció.
No nos hundimos
ni nos ahogamos,
pero ¿estamos a salvo?
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