Nos celábamos
cuando uno de los dos
estaba con otra persona,
le temíamos a cada sonrisa
porque podrían querer besar los labios
o formar un coqueteo.
Nos enojaba la amabilidad
porque no podrían resistirse a nuestros encantos.
Nos molestaba que habláramos con alguien más
y nos enamoráramos con su voz.
Nos enojábamos si veíamos la pared
porque quizá por eso sustituiríamos el techo
que proyectaba nuestros pensamientos.
Nos celábamos de todo
porque no hacíamos nada.
Nuestra historia jamás comenzó,
así que ninguno de los dos es el principal
en nuestra historia.
Nuestra historia jamás comenzó,
nunca sostuvimos el lápiz
y solo nos dejábamos caer en páginas.
Por olvidadiza
dejé tres puntos al final,
pero me he vuelto alguien que sabe decidir
y borro dos,
también a ti.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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