Esta flecha perdió su filo
y esta pluma malgastó su tinta.
Esta rama perdió a su pájaro
y este canto ya no tiene voz.
Este poema se quedó sin palabras
y la musa se ha convertido en miseria,
hay tanto temor en la expresión
que se destroza la inspiración.
Este extraño me resulta conocido
y trato de recordarlo,
pero no puedo llegar hasta mi olvido.
Este disparo no nos lastimó,
solo nos asustó,
sentí la sangre derramarse en mí,
mas jamás la vi.
Hay un sol de verano eterno en este desierto,
la brisa solo son suspiros
y los suspiros no nos llevan a ningún lado.
La primavera no ha podido llegar a esta tierra estéril,
creció una flor en la grieta
y alguien la pisó,
marchítame mejor.
Este amanecer no tiene una mañana,
en este despertar te busqué
sabiendo que eres un sueño de ayer,
y no, no sé si algún día te encontraré.
Este blanco sigue en blanco sin tu flecha,
jamás lanzaste el tiro
y debías hacerlo.
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