Mis días,
una corona de ramas secas,
el yermo
queriendo gobernar en el páramo.
Hoy todo luce distinto,
la vida se ha vuelto la rueda
que hace mover a nuestros ojos,
no a nosotros,
así que todo va pasando
sobre ti,
y ya no hay nada sobre ti.
Trato de rescatar a lo íntimo
como si fuera parte de la salvación propia,
trato de nombrar a mi ser
para que se detenga el desfallecer.
Deshojo los labios
como si pudiera florecer
la palabra,
¡qué sonrisa
tan árida!
y el latido
no fue más que un lánguido.
Hoy todo luce distinto,
una mancha en el aire,
otra humareda,
¿o es una nube mudada?
La rama fracturada
iba matar a todos los pájaros,
así que ellos hicieron un nido
con las ramas secas de mi corona,
ya no tengo nada
para mantener ni perder,
solo queda el alma con los hilos de la bruma,
brizna o brisa,
no lo sé.
Trato de rescatar a lo íntimo
como si fuera parte de la salvación propia,
trato de nombrar a mi ser
para que me puedas conocer.
6/6 retomando lo del taller. Y es un poema que encaja en estos 4 años de rinconpoemario liberado (es hoy, es hoy, es hoy), que trata de rescatar lo íntimo o transformarlo. Lo cual incluso sin salvación propia, en lo más parecido a un juicio final, diré que lo valió.
Y mi buena corona de ramas secas, porque a veces soy Neil Perry y otras veces Todd Anderson, muy poeta muerta.
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