Recuerdo cuando nos llevaba a pasear en su carro
y le daba vueltas a la ciudad,
sentíamos que volábamos por el mundo.
Siempre nos contaba chistes sanos
pero cuando se enfermo, nada lo hizo reír,
olvidé esa alegría que tenía,
pero siempre recordaré su actitud positiva.
Siempre nos contaba alguna historia
mientras recorríamos la ciudad,
el viaje estaba en nuestras mentes
porque nos hacía imaginarlo todo,
pero hoy no puedo pensar que ya no lo veré jamás.
Amaba escuchar sus historias,
pero siempre quise otro chiste,
hoy solo desearía que hablara.
Recuerdo cuando nos compró cuentos,
me los aprendí memoria
porque me recordaban a él.
Esos libros han sido mis favoritos
porque estuvieron en sus manos
y abrir el libro se sentía como un abrazo.
Recuerdo cuando llegábamos a las arboledas
para comprar tortillas de trigo y harina,
las comíamos en el camino
y desde ese punto a todo el recorrido
pesábamos demasiado,
jamás pensé que dejaría un vacío.
Recuerdo su prisa para hacer todo,
su emoción por algo importante,
su ilusión por la motivación de su corazón.
No tuve muchos momentos junto a él
pero serán suficientes para ser recuerdos,
jamás olvidaré a papá Tanito.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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