Rueda el olvido
arrollando a quien ya no es.
¡Dichoso olvido!
la tristeza y blasfemia
se alejan como aquel
que me abandonó,
y todo parece ir bien,
pero nada conoce el lugar
donde todo debería de estar.
Tú pusiste los muros
y con ellos construí una casa
para que tu recuerdo en el olvido habitara,
luego trabaste la cerradura
antes de poderme deshacer de la llave,
al menos sé que te quedarás esta vez,
será para siempre.
Rueda el olvido
arrollando a quien ya no es,
todo parece marchar bien
ignorando el hecho que estoy yendo por el sentido contrario.
Bajo las estrellas
no recuerdo cuál era mi cielo,
y subo a la barca
olvidando mis aguas,
es luna llena,
se eleva la marea
y salen a relucir todos los recuerdos
arrullándome con la melodía de quien solía ser.
Rueda el olvido
arrollando a quien ya no es
y queda algo en la acera
recordándome que ya no estás.
Neblina y tu figura,
debo ser clara contigo:
estarás en mi último suspiro
recordándome que olvidé respirar después de ti.
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