No volveré,
mis pies aún tienen la espina
de tu flor prometida.
Aún tengo los cuchillos
que me lanzaron,
no querías que muriera,
solo que sobreviviera.
Aún tengo las piedras
que me aventaron
para construirme,
pero todos saben que solo me destruyeron.
Aún tengo los vidrios
de todos los cristales que me rompiste.
Ya no recuerdo tu voz
porque he querido olvidar tus palabras,
pero tu mirada sigue clavada
haciéndome sangrar,
retuérceme el cuchillo
que ya no siento más.
Hay cosas que jamás podré aceptar
porque me han costado superar.
Me he tardado en recuperar
y no voy a regresar.
Es triste querer cambiar todo de mí
porque me has hecho una nada.
Pondré mi apellido en alto,
pero a ti te pondré abajo.
No soy egoísta,
pero no quiero compartir nada contigo,
ya has tenido suficiente,
mis lágrimas e inseguridades.
Puedes decir “Oh Ana”,
pero jamás Ohana
ahora soy yo quien abandona,
mis alas están rotas,
tomaré vuelo
esperando que vengan plumas
y se conviertan en alas,
o por lo menos la pluma y su tinta
me hagan volar,
o quizá solo me alejan de ti
para acercarme a mí.
Trataste de poner una venda en mis ojos
y no te diste cuenta que mi mirada era brillante.
Me dejaste en la oscuridad
sin saber que era una estrella.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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