Traté de no sentir nada por ti
y no se puede silenciar a el silencio,
entre susurros hablé de ti
esperando que nadie me oyera.
Miradas al vacío,
hay piezas faltantes en mi rompecabezas
aunque jamás quise unirnos,
fuimos dos extremos,
estuvimos en todo
y en ningún lado.
No me importa que haya cambiado tu acento,
de todas maneras no puedo reconocer tu voz entre los gritos,
todo es más fuerte nosotros
y nadie es más débil que yo.
No me quejo de los amores
que solo son para sentir,
pero me arrepiento
de haberlo querido reprimir
cuando ni siquiera me lastimaba el latir
en el pecho,
menos en el corazón,
y estuviste ahí,
sé que te sentí.
¿Quién soy yo
después de no haberme permitido ser?,
¿y quién eres tú
después de que no te reconocí?
Nuestro humo jamás danzó,
tocamos las brasas, menos una canción
porque no queríamos que ardiera en nuestro corazón.
Lloramos hasta llenar los pozos
para pedir de deseo la felicidad,
nuestros bolsillos estaban vacíos de monedas
y guardaban una carta
que jamás pudimos sellar.
Si nada sucede,
entonces ¿cuál es el problema de morir?,
y si todo puede ser,
¿cómo resolveremos lo pendiente?
Las estrellas no son
quienes hacen
que el sol y la luna se unan,
así que no sé que nos podrá ayudar,
apóyate en tu pecho,
deja de romper tanto a tu corazón.
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