Soledad
- ANMIR MARTZ
- 6 mar 2019
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 11 jul 2020
La soledad me abrazó
uniéndome a mí misma.
La soledad me dió las agujas
para coser mis heridas.
La soledad era tan oscura, tan temible,
pero me permitió encontrar la luz dentro de mí.
La soledad me dió un lugar,
me convirtió en mi hogar.
La soledad fue mi pista
para volar o para bailar.
La soledad me ayudó a reconstruirme,
me hizo aprender a valorarme.
La soledad me dió papel y tinta,
la soledad me hizo poeta,
la debo mi vida a ella,
o por lo menos, mi segunda oportunidad.
Siempre fui callada,
la soledad me permitió gritar,
expresarme, desahogarme hasta llorar.
Siempre fui lejana,
la soledad me conecto
con lo más profundo de mí
y me unió a mi ser.
Siempre fui complicada,
la soledad me permitió resolver mis acertijos,
formular poesías con los ojos cerrados,
pero con el corazón abierto,
incluso cuando estaba lloviendo o se estaba rompiendo.
No le temo a la soledad,
entre tantas compañías
ella fue la pieza que me hacía falta
para saber que me complementaba,
era yo misma.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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