He estado escavando en mí
sin saber si estoy buscando un tesoro
o simplemente estoy construyendo mi propia tumba.
He estado perdiéndome
solo para volverme a encontrar,
pero no sé dónde me he dejado,
¿los vacíos serán portales
para poder atravesarlos?
porque necesito llegar al otro lado.
No quiero perder mi ser
tratando de ser alguien que no soy,
pero ¿qué es lo que hay en mí?
Si son piezas,
con ellas no puedo construir nada,
quizás no soy nadie.
Rompí el vaso
antes que aquella gota
hiciera derramar el agua,
como si fuera más fácil
limpiar mi sangre
que mis lágrimas,
como si todo tuviera que doler en mí,
¿acaso el dolor me hará ser alguien?
¿el ocaso se pinta con mi sangre
o es la esperanza que brilla antes de apagarse?
Mis manos han estado temblando,
el frío que llevo por dentro
ha estado tratando de encontrar calidez,
así que sostengo la leña,
pero no puedo prender la fogata.
He estado tratando
de sostener lo insostenible,
encontré diamantes en un cielo estrellado,
pero me perdí y estoy lejos de lo que puede s(uced)er.
Escavando en mí
descubrí que jamás hubo un lugar seguro aquí,
¿crecí entre terremotos
o simplemente he estado en una arena movediza?
Estuve gritando tanto tiempo
que cuando finalmente alguien llegó
ya me había quedado sin voz,
¿todo es tan desgarrador?
¿Cuál es mi esencia?
¿De qué va mi existencia?
Entre mis fallas,
estoy segura que no soy nadie,
no puedo entregarte lo que soy,
porque no hay nada en mi ser.
Entre mis crucigramas
jamás pregunté
quién soy,
porque nadie más puede llenarme.
¿No soy nadie
porque no hay nada en mí?
Habitamos entre latidos vacíos
creyendo que necesitamos un corazón con una pizca de sentir,
como si eso lo hiciera seguir,
el centro de mi pecho
no es más otra parte del vacío,
¿tratarás de sostenerlo?
Mi corazón ha caído tanto que ya aprendió a volar,
tal vez los latidos son alas
porque creemos que el amor nos hace ascender,
pero a veces no podemos controlar nuestros sentimientos
y temo romperte porque ya lo he hecho en mí.
No he sido resuelta
¿soy un misterio
o un problema?
Estoy segura que nada de eso,
porque no soy nadie,
¿tú eres alguien?
¿cómo puedes saberlo
o solo quieres creerlo?
Eres nadie también,
pero no sé nada de ti,
tampoco de mí,
al final, realmente no nos conocemos,
no somos nada
y dos nadie no pueden ser algo,
pero si quieres mi nada, tómala, toda tuya,
solo que no le digas a alguien,
eres nadie, no podrán creer que eres afortunado,
supongo que tú y yo sabemos encontrar valor en la nada.
“¡Yo no soy nadie! ¿Quién eres tú?
¿Tampoco eres nadie tú?
Ya somos dos - ¡Pero no lo digas!
Ya sabes, luego se percatarían.
¡Qué terrible ser Alguien! (…)”
Emily Dickinson.
Desde que escuché la frase sabía que tenía que escribir una poesía, así que acá está la versión de otra nadie.
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