Tú me enseñaste

Tú me enseñaste que es mejor ver las mariposas afuera,

sentir su descanso cuando posan sobre una flor

y admirar el revoloteo que jamás debió sentirse como un revólver.

Tú me enseñaste que es mejor ver las mariposas afuera,

contemplando su vuelo

y seguir con la cuerda que le dio a nuestro corazón.

Las mariposas necesitan libertad

y el amor a veces suele ser posesivo,

jamás me gusto sentirlas volar en mí,

una se posó sobre mí cuando sonó tu canción,

ni en tu abrazo me sentí tan acompañada y en paz como en esa ocasión.

Nunca me gustó sentir las mariposas en mi estomago,

tanta guerra que da la vida,

aunque las alas hayan sido frágiles,

el aleteo era fuerte,

pero tú supiste darle paz a mi alma,

por eso fuiste tú al que más amé.

Tal vez el aleteo de las mariposas en nuestro estómago

sean golpes de amor,

que hasta nos hacen temblar,

pero tú en tu abrazo me sostuviste entregándome paz,

fue una pena no haber estado en guerra,

tal vez así te hubiese conquistado.

Contigo nunca fueron mariposas,

fueron colibríes tomando lo más dulce de mí,

haciendo que llenara mi jardín,

aunque todo esté marchito hoy,

aún no te saco de la raíz de mí.

Contigo nunca fueron mariposas,

siempre fueron luciérnagas iluminado mi vida.

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Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.

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