Todos los hilos fueron cortados,
entonces ¿por qué se han formado telarañas en mi ventana?
memorias delicadas,
la red de seguridad ante el olvido,
entonces caigo,
porque nuestros horizontes solo pueden crecer si nos enterramos.
Hoy mi ventana se ha vestido de mortaja,
¿o soy yo el fantasma en esta vida atrapada?
telarañas, telarañas, telarañas,
en mí siento el cosquilleo de las arañas,
y ellas han estado tejiendo mi nostalgia
entre telarañas, telarañas, telarañas,
¿soy algo que extrañas?
Ventana corrediza,
¿cómo es que tu paisaje se queda inmóvil?
incluso hasta las nubes están tejidas de olvidos,
memorias del cielo que se desvanecen ferozmente,
infiernos creados ante la pureza extraviada,
el estertor a todo pulmón
en los silencios gritados y las palabras agrietadas,
vidas descompuestas,
me escondo en un reloj antiguo
esperando que mi alma encuentre su tiempo correcto,
no, no es un ataúd el cuerpo,
pero los horizontes crecen en el entierro,
naturaleza muerta, volvamos a nuestra tierra,
que las telarañas crearán a las raíces de nuestra ceiba,
las nubes serán las copas de nuestro algodón,
todo lo que nos tejió y desnudó estará en el aire,
como los fantasmas de nuestros seres.
El martes pasado me dejaron de tarea escribir un poema y apenas hoy en la madrugada lo hice (no hay que perder las bonitas costumbres), ahorita en unos minutos comienza la clase y tendré que leerlo, pero acá está la telaraña de mi ventana (luego hubo más, ahorita ya se destejió), a la cual desde hace tiempo quería escribirle:
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