Cuando te llevaron al hospital
no sabíamos a que nos teníamos que enfrentar,
la luz al final del túnel fuiste tú trasformándote en estrella.
Esa tarde lluviosa rompió al cielo,
el agua traspasó mi cuerpo
y nos dejamos llevar por el agua hasta ahogarnos,
tú en tu pena y yo en las lágrimas que tuve que guardar
para fingir que era fuerte,
ojalá me hubiese mostrado débil ante ti para que me pudieses abrazar.
Perderte ha sido lo más difícil,
me rompí en pedazos
solo para recordar
lo que habías construido en mí.
Tu ausencia jamás me golpeó tanto
como cuando hubo un tacto en mi cuerpo
y no eran tus manos
o cuando me solté de un abrazo
porque descubrí que ningunos brazos me iban a transmitir tanto.
Esa tierra donde florecimos
fue la misma que te enterró,
tus plantas se secaron cuando tu vida se marchito.
Jamás lloré tanto como cuando te vi en el ataúd
y no tenía a nadie a mi alrededor,
allí entendí que iba a enfrentarme a muchas cosas yo sola
y yo solo quería envolverme en tus brazos.
Aprendí a vivir sin ti,
pero quise morir contigo,
todos lo hicimos.
Tus arrugas eran las hojas de tu historia,
tus ojos eran el cielo,
tú eras más bella que cualquier atardecer,
pero con tus ojos cerrados creaste el cielo oscuro eterno,
en tu ausencia hablé con la luna y las estrellas,
era lo único que compartíamos.
La carroza iba tan lento como mi corazón,
las flores embellecían tu muerte,
¿dónde está el alma que tanto me hacías creer que existía?
¿Por qué me dueles en el pecho?
Si son mis brazos los que sienten tu ausencia.
¿Por qué me dueles en el corazón?
Si es mi cuerpo el intacto queriendo tus abrazos.
Le diste cuerda a mi corazón
y fue una locura el amarte.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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