Lo que pudimos haber sido
y no fuimos
solo son recuerdos borrosos
y sueños lejanos.
¿Recuerdas todos los muros que coloqué?
Los destruí para transformarlos en un puente,
pero creo que en vez de un camino,
se convirtió en un suicido.
Decirle adiós a la nada que fuimos
fue dejar las margaritas intactas
y romper mi corazón por el amor que no se sintió.
Te hice barcos de papel
y llené botellas con las cartas que te escribí,
pero me ahogué con el peso de las palabras que jamás te supe decir.
Caminaba por la orilla de tu playa,
solo alrededor de ti,
siempre le tuve miedo al mar
así que nunca me atreví a entrar:
me ahogué al no saber la sensación del mar navegando en el cuerpo,
como cura esa agua sanadora,
como es sentir las olas besando la piel
y como es amar la vida en el mar.
Navegué entre tus olas,
pero jamás pude conocer tu profundidad.
Navegué entre el mar
y descubrí los secretos y misterios que esconde,
pero aún no se me quitan las dudas sobre nosotros
y es todo lo que me importa,
porque pudimos hacerlo especial.
Cuando caminaba por la orilla de tu playa,
solo te contemplaba y admiraba,
solo te sentía sin poder tocarte,
solo te amaba como una niña temerosa
queriendo jugar entre las olas,
pero que se quedo construyendo castillos de arena,
allí, de lejos para que el mar no pudiera destrozar su vida.
Pero ya dejé de caminar por la orilla de tu playa,
entre (a) tu ausencia.
Jamás tuve seguridad en mis pasos,
solo tenía la ilusión de encontrar el camino hacia el tesoro.
He quemado los mapas con los caminos
que me dirigirían contigo,
he roto la brújula
y nuestro reloj de arena se cayó.
Supongo que sabes a mar,
supongo que no supe amarte.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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